Tanto obesidad como desnutrición son el resultado de la conjunción entre múltiples factores. Se produce una compleja interacción entre la toma de decisiones a nivel individual, el contexto socioeconómico particular que constriñe las mismas, el sistema sanitario y el sistema agrícola. Esto hace que resulte mucho más complejo atajar estas realidades, ya que no se puede manipular únicamente un factor sino que hay muchos interconectados. La respuesta debe provenir de varios sectores: seguridad alimentaria, salud pública, higiene y salubridad del agua y protección social.
La respuesta a la malnutrición se debe enfocar desde la perspectiva contextual (modificando las condiciones materiales del contexto que constriñen la selección de alimentos), con programas y perspectivas que consideren la perspectiva nutricional pero de modo amplio (cuidados infantiles, redes sociales de apoyo, seguridad alimentaria, higiene de las aguas…) y con intervenciones nutricionales específicas (suplementación, fortificación, prevención y gestión de enfermedades…).
Para profundizar en las cifras y tendencias de la obesidad y malnutrición, te sugiero este artículo tan interesante: «Trends in adult body-mass index in 200 countries from 1975 to 2014: a pooled analysis of 1698 population-based measurement studies with 19·2 million participants». Te lo dejo en PDF, espero que lo disfrutes.