Salir a comer en restaurantes es una parte importante de la vida social de muchas personas. Sin embargo, si esto es algo muy frecuente y tenemos hábitos poco saludables en este sentido, podría perjudicar el balance global de nuestra alimentación. Es algo muy común mantener una dieta saludable y buenos hábitos entre semana, pero tirarlo todo por la borda en cuanto se asoma el fin de semana. Por eso, hacer buenas elecciones en nuestras salidas fuera puede ser útil y recomendable.
¿Qué restaurante vas a elegir?
Te podrás imaginar que una mala decisión de partida hará mucho más difícil realizar buenas elecciones in situ. Es decir, si el establecimiento seleccionado ha sido el McDonalds… igual por mucho que lo intentes, no podrás extraer una comida saludable de esa salida. Puedes revisar la carta del restaurante con anterioridad para conocer qué tienen para ofrecerte. ¿Hay opciones de carne o pescado sencillas? ¿Hay ensaladas? ¿Y legumbres? Además, ten esto en cuenta si en tu grupo hay personas vegetarianas, veganas, celiacas o con cualquier problema digestivo o alergia. Hazme caso, te lo agradecerán.
Ha llegado la hora: a elegir plato
Al elegir el plato principal, opta por proteínas magras como pollo, pavo, pescado, mariscos, legumbres o derivados. Evita los fritos o rebozados, así como platos con excesivas salsas. Opta por técnicas culinarias como el asado, al vapor, a la parrilla o al horno, en lugar de frituras o empanados.
Acompañamientos saludables
Los acompañamientos pueden marcar una gran diferencia en el valor nutricional de tu comida. En lugar de papas fritas, puedes elegir verduras al vapor ensaladas o arroz integral. Las ensaladas son una muy buena opción, pero cuidado con los aderezos pesados. Pide los aderezos a un lado y úsalos con moderación.
La gran clave: la bebida
Las bebidas pueden añadir muchas calorías innecesarias. Opta por agua, y si es del grifo, mucho mejor. Si te apetece tomar algo con sabor, puedes recurrir a agua con gas con limón. Evita los refrescos y las bebidas alcohólicas y, en todo caso, consúmelos «zero» y las cervezas, sin alcohol. Las bebidas que decidas consumir, hazlo con moderación. Si de verdad disfrutas de una cerveza, adelante, pero que sea una y no seis.
«Estoy llena pero… para el postre siempre hay hueco»
El postre como opción por defecto. ¿Realmente te apetece? ¿Quizás podríais pedir uno para compartir entre todo el grupo? Es un buen momento para escuchar las señales de hambre-saciedad que te envía tu cuerpo. Si ya estás lleno/a, no te fuerces. Podrás tomar algo dulce en otro momento. Ahora tu cuerpo te está diciendo que no necesita más energía y debes escucharlo.
Comunica tus necesidades
No dudes en pedir modificaciones en los platos. La mayoría de los restaurantes están dispuestos a acomodar solicitudes para hacer los platos más saludables o para veganizarlos. Puedes pedir que te sirvan salsas y aderezos a un lado, que no añadan sal extra, que no añadan esos toppings de jamón o que cambien el acompañamiento de papas fritas a ensalada.
Come despacio y disfruta
Comer despacio no solo mejora la digestión, sino que también permite que tu cuerpo registre cuando estás lleno. Disfruta de la compañía y del ambiente, toma pequeños bocados y mastica bien los alimentos. Esto te ayudará a comer justo lo que necesitas y sentirte más satisfecho. No hay prisa, precisamente has salido para disfrutar, ¿no? Pues disfruta del momento, come despacio y saborea los platos.
Conclusión
Mantener una dieta saludable mientras disfrutas de las salidas a restaurantes es posible con un poco de planificación y elección consciente. Al seguir estos consejos, puedes disfrutar de tu vida social sin comprometer tus objetivos nutricionales y de bienestar.